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sábado, 16 de junio de 2012

In love - Nikkor 50 mm

Hay veces que te esfuerzas en resistirte a las cosas simplemente por cabezonería y cuando llegan más tarde te preguntas eso de ¿¿¿y por qué no lo habré hecho yo antes???

Eso es lo que ha pasado con el objetivo 50 mm fijo que se ha comprado Carlos. Desde hace tiempo él lo quería, el pobre, hasta el punto de que ya nos sabemos de memoria el escaparate de Zoom y la "colección" de objetivos que tienen en las tiendas de todo Santander. Menos mal que a veces no hace ni caso a "doña NO" y al final se lo ha comprado... eso sí, ¡¡¡aprovechando que yo no estaba!!!

Después de tanto hablarme de las maravillas de su objetivo nuevo, el fin de semana pasado me lo prestó con su cámara, que para él es su mayor tesoro en este planeta. Eso sí que es amor, porque teniendo en cuenta el desastre que soy yo, el pobre debió estar con los nervios de punta hasta que se la devolví... sana y salva, eso sí. 

Aprovechando que había salido el solete, fuimos al parque de Mataleñas a hacer fotos de flores y el resultado no me puede gustar más: colores vivos, luminosidad, enfoque, extraordinaria nitidez... y esos desenfoques que sólo se pueden conseguir bajando a 1.4. Con mi cámara hacer esto es simplemente IMPOSIBLE, así que cuando volvimos a casa y descargamos las fotos casi no me podía ni creer lo que veía. 

Las fotos de flores me gustan mucho y ya he perdido la cuenta de las horas que he pasado viendo la galería de Ashu Mittal, por ejemplo. Hasta ahora mi gran pregunta era cómo se conseguían esos bokeh (desenfoques del fondo) tan bonitos con esos circulitos reflejando la luz por todos lados... Aunque aún me queda muchisisisisisisimo para hacer unas fotos tan bonitas como las de Ashu, creo que el 50 mm es una buena pista. 

Dicen que la felicidad son pequeñas cosas y para mí, o mejor dicho para nosotros, estos momentos no tienen precio. No se trata de hacer las mejores fotos del mundo ni tener la mejor cámara ni de que te salga todo perfecto a la primera. Para nosotros la fotografía es como un mar en el que vamos navegando poco a poco, los dos en la misma barca y remando en el mismo sentido. Me gustan las excursiones improvisadas (aunque sean sólo de casa a la Magdalena), los debates sobre si mejor nos ponemos aquí o allá, las fotos que le hago a Carlos mientras él está haciendo sus fotos, las explicaciones sobre iluminación, composición ó lo que se tercie, los reflejos en los días de lluvia, los trucos de Mellado, la ilusión de aprender cosas nuevas y, sobre todo, hacer juntos algo que nos gusta a los dos. Es como una terapia de conexión y bonitismo.


{Peonías}

{Margaritas}

{Clavelinas}

{Campanillas}

{Margaritas}

{Peonías}

{Alegrías}

3 comentarios:

  1. Ohhh... pero qué bonitas! esas peonías... si casi se pueden coger!

    Un besin

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  2. Por casualidad me topé con tu blog y he de decir que no soy muy de "cosas de princesas" pero me encanta como te expresas y como disfrutas con la fotografía, también me encanta el 50mm fijo... eso sí el mio es de Canon jejeje

    Saludos

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  3. Qué suerte tienes de poder compartir con tu Carlos ese mismo gusto por la fotografía. Yo tenía a mi Carlos, que ama la fotografía como yo, pero lo tuve que dejar ir hace 7 años. No te imaginas lo sola que me siento en esto. Éxitos.

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