Para mí, lo mejor de los regalos es el propio proceso de regalar. Lo primero de todo, la persona es que te hace el regalo se ha acordado con antelación de que va a ser tu cumpleaños (ó si se lo ha chivado Facebook, no ha pasado olímpicamente); lo segundo, esa persona ha tenido que pensar en un regalo que le vaya a gustar al cumpleañero, algo bastante complicado en estos días en que todos tenemos ya de todo y hay tantas opciones que uno no sabe muy bien por dónde empezar a buscar; en tercer lugar, esa persona ha tenido que utilizar parte de su tiempo libre para ir a comprar el regalo en cuestión algo que, en los tiempos de estress, prisas y carreras de un lado a otro que corren, es de agradecer; y lo cuarto, lo tiene que pagar con lo caro que está toooooodo.
Este año yo he tenido un montón de regalos por mi cumpleaños aunque ni por esas me libré de la depresión de los 30. Eso sí, duró pocos días así que a lo mejor algo contribuyeron. Si uno de los regalos que recibí fue sorprendente y original, ese es mi broche de Playmobil que, además, tuvo que viajar desde Canarias hasta Santander para que yo lo tuviera el día en que celebré mi cumple con mis amigos. Me encanta, es chulísimo.{Mi broche de Playmobil} |
Lo he llevado todo el invierno prendido de la solapa de mi chaqueta chandalera, una de estas americanas de algodón que me recuerdan a los chándal grises de toda la vida, un estilo a esta de aquí. Es curioso porque más de uno se ha quedado mirando como preguntándose para sus adentros si realmente estaba viendo mal ó aquello era realmente un playmobil reciclado en un broche. O mejor dicho "una Playmobil", que es una chica bien guapetona.
Como se puede ver en la etiqueta, es de la marca Moskitas muertas y tienen muchas más cosas que nos hacen recordar nuestra niñez: la muñeca Nancy, los recortables, .... Así que os animo a que os déis una vuelta por su web.
{Mi broche de Playmobil por detrás} |
¡¡¡Muchas gracias Fonso!!!
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